Abordamos el tema cibersexo: qué es y sus principales riesgos; esta actividad es practicada por las personas a través de las redes sociales o herramientas tecnológicas.
Qué es el Cibersexo y su aumento durante el confinamiento
Desde hace algún tiempo la tecnología ha llegado a irrumpir en el mundo del sexo, en especial a lo que refiere a las páginas web y apps especializadas, para el acceso online a contenido para adultos.
El mundo del cibersexo habría que añadir los vídeos e imágenes que se comparten a través de redes sociales y sistemas de mensajería instantánea. Y es que no es un secreto que la palabra “sexo” es una de las más demandadas en los buscadores de internet.
Además, el cibersexo se ha convertido en una nueva forma de mantener las relaciones sexuales de manera virtual y con menos posibilidades de contraer enfermedades.
Aunque no es necesario el contacto físico para tener una experiencia sexual, hoy en día se puede alcanzar el clímax a través de un simple clic.
El cibersexo es un tipo de experiencia erótica que, generalmente, involucra a dos o más personas. Esta interacción se realiza de manera virtual y en tiempo real con un solo propósito: la excitación y la estimulación sexual.
Existen dos maneras de practicar el cibersexo, ya sea a través de mensajes de texto o en video, de acuerdo, con los expertos este tipo de práctica sexual es más bien emocional, cognitiva y hasta intelectual, ya que no hay intercambio ni sensaciones físicas, donde sólo la imaginación y la fantasía vuelan.
También hay otro termino que es utilizado como el sexting es cuando el contenido sexual se realiza a través de texto o imágenes, y es la forma de sexo online más habitual entre las personas.
Por otra parte, estos contenidos y páginas están restringidos en la mayor parte del mundo para los menores de 18 años, de acuerdo con la conformidad con la disposición en la Exposición de Motivos de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, que permite limitar la libre prestación de servicios en orden a la protección de los menores.
Según un informe de la Universidad de Alberta (Canadá), el 90% de los adolescentes ha accedido alguna vez, voluntaria o fortuitamente, a contenidos sexualmente explícitos a través de Internet; y que el control sobre las páginas de contenido pornográfico.
Cibersexo y sus principales riesgos
El cibersexo se ha convertido en un problema para muchos con graves consecuencias en diversos planos de su vida.
En este sentido, se ha observado indicadores de riesgo como disfrutar de actividades sexuales que no se realizan con frecuencia, animarse con estados de ánimo negativos o aprender cosas «bizarras» sobre el sexo.
Estos son algunos inconvenientes que puede surgir a las personas que practican esta actividad:
- Extorsión o chantaje, también conocido como sextorsión.
- Debido a la inmediatez, facilidad, anonimato y falta de compromiso, puede producir compulsividad o adicción (entendida como actividad cuya ausencia genera malestar).
- Puede inhibir formas de sociabilidad o incluso impedir la práctica sexual tradicional, con contacto físico.
- Puede ocasionar problemas por accesibilidad de menores si no existe una adecuada educación y control parental.
- Dilemas éticos. Ya que puede practicarse con más de una pareja ¿puede considerarse infidelidad? ¿Cuál es el alcance?
¿Cómo practicar cibersexo de forma segura?
Enfóquelo como una oportunidad para conectar con su sexualidad y compartirla con la de alguien, no como una limitación o un tabú.
Colocar límites claros de hasta dónde quiere llegar. Asegúrese que es una práctica que le apetece probar, sin presiones de nadie.
Busque el momento adecuado y crea un ambiente propicio.
Mantenga una actitud exploratoria. Deje a un lado los complejos, déjese llevar y desenvuélvase con naturalidad.
Cómo proteger su intimidad
Si interactúa con desconocidos, preste especial atención a desactivar su ubicación y evite incluir su cara o aspectos reconocibles de usted (tatuajes, lunares, cicatrices o rasgos característicos).
Borre los contenidos sexuales de su móvil u ordenador. Pueden ser robados o visto por una tercera persona.
Cuide las imágenes que publica en internet. Recuerde que toda su actividad online deja una huella que puede permanecer indefinidamente.
Revise que no tenga ningún software malicioso que comparta sus datos sin su consentimiento.
Cambie periódicamente sus contraseñas.
No ceda a chantajes. Si acepta, su acosador gana poder y podrá seguir extorsionándolo.
Si es víctima de sextorsión, guarda todas las amenazas y denúncielo.
La confianza y respeto debe ser la base. Recuerde que el propietario de las imágenes o vídeos es el autor de las mismas, y no quien recibe el contenido.
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