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Ataque de ira: cómo controlarlo

Ataque de ira: cómo controlarlo, desde un enojo y agresividad con unos buenos consejos y técnicas que pueden aplicarse en niños, jóvenes y adultos.

Cómo controlar los ataques de ira

Hay diversos problemas relacionados con la ira que son más frecuentes y las personas acuden a los profesionales de la psicología.

La ira, es conocida como enfado, cólera o rabia siendo una emoción humana la cual se basa en una reacción de irritación que suele ser producida por algunos estímulos como:

  • Nos están hiriendo.
  • Las necesidades no están satisfechas.
  • Cuando se pisoteando los derechos.
  • Alguien está invadiendo el espacio.
  • Algo no sale las cosas como se desean.
  • Cuando se está dando más de sí mismos.

Hay terapeutas que están especializados únicamente en el control de ira y agresividad, datos que hablan que es algo que esta en crecimiento y que afecta a muchas personas a nivel mundial.

Esta emoción suele llevar un conjunto de respuestas conductuales que pueden ser perjudiciales para las personas y causar problemas, y manifestar el enfado, ya sea insultando alguien o incluso alcanzar la violencia física.

Por otro lado, esto no significa que la ira sea una emoción perjudicial.

De hecho, la ira es una emoción básica y normal que cumple una función vital en las personas, desde defender los derechos que están siendo vulnerados.

¿Qué es la ira?

La ira es una emoción que se caracteriza por un incremento rápido del ritmo cardíaco, ya sea de la presión arterial y de los niveles de noradrenalina y adrenalina en sangre.

Es muy común que las personas que sienten esta emoción se comiencen a colocarse rojas, sudan, tense sus músculos, respiren de manera acelerada y un aumento en su energía corporal.

Siendo una emoción relacionada con el impulso agresivo, algunos expertos señalan que la ira es la manifestación de la respuesta que emite el cerebro para atacar o huir de un peligro.

Por otra parte, el estado mental propio de los momentos de ira envuelve los instintivos y merma la capacidad para razonar.

Ataque de ira: cómo controlarlo
Ataque de ira: cómo controlarlo

 Principales causas y tipos de ira

La ira puede reflejarse en una persona por muchas consecuencias ya sea desde un estado de inseguridad, envidia, miedo, entre otras cosas.

También aparece cuando se es incapaz de afrontar diversas situaciones, que pueden herir o molestar, en la forma que actúan y el entorno que rodea. La ira o la agresividad suelen aparecer en situaciones que perciben como una amenaza.

Por tanto, la ira está fundamentada en sentimientos como el temor, el miedo, la frustración o incluso en cansancio.

Cuando se presenta el sentimiento de la frustración ante algo, se puede reaccionar de varias maneras. La agresividad, por su parte, es la manifestación de la cólera que siente las personas.

Las emociones que se siente no se producen sin razón, si no que cada una tiene una función específica.

En el caso de la ira, el cerebro causa este estado para preparar a la persona para efectuar un esfuerzo superior para superar la dificultad que se ha presentado.

Por otra parte, la ira tiene distintas facetas y puede adquirir diferentes formas.

Conducta agresiva

Puede aparecer como una manera de lograr distintos objetivos cuando no se ha sido capaz de lograr sin usar la violencia.

En este caso, se puede hablar de una ira instrumental, porque se emplea como un medio para obtener algo. Los terapeutas asocian esta conducta a unas pobres habilidades de tipo comunicativo o en el autocontrol, pero siempre será posible mejorar estos aspectos.

Ira explosiva

Esta es causa de haber aguantado durante mucho tiempo una situación injusta o perturbadora. Así, las pequeñas frustraciones diarias se van acumulando y, a base de no expresar el malestar, y se puede estallar en un momento a otro.

La solución a este tipo de círculos viciosos es gestionar adecuadamente la ira, y no acumular hasta explotar.

Ira con defensa

Surge cuando se percibe que la persona se siente atacada y se enfrenta a una dificultad. Normalmente, se siente a reaccionar de forma negativa más por intuición que por los hechos objetivos, lo que puede conducir que la ira sea poco justificada.

Ataque de ira: cómo controlarlo
Ataque de ira: cómo controlarlo

 Consejos para controlar la ira

La agresividad y la ira puede conducir a un estado permanente de alerta que puede generar malas experiencias personales.

Con estos consejos puede colocarlos en práctica para mejorar esta conducta que lo afecta en su día a día:

No acumular ira sino gestionarla adecuadamente

Cuando algo injusto sucede y no se reacciona, se puede acumular la ira y el enfado. Tarde o temprano, todo ese enojo que se guardó estallará y puede dar lugar a un episodio de violencia verbal y/o física.

Por tanto, es importante afrontar los problemas con asertividad y control, para no dejar que la bola del enfado vaya creciendo por momentos.

Evitar la mentalidad de ganador/perdedor

En muchas ocasiones, el enfado es una reacción a la frustración de no haber logrado algunos objetivos que se planteó, o cuando algo no ha salido como se esperaba.

En este caso, la empatía es el rasgo distintivo entre aquellos que saben gestionar la frustración, controlar la ira y aceptar las contrariedades con deportividad.

Reflexionar acerca de las causas y las consecuencias de la irascibilidad

Pensar en ello y analizar si la reacción emocional es realmente justificada y puede ayudar. Muchas veces no se piensa por qué las personas estallan en un arrebato de ira, por ejemplo, cuando se conduce un carro y se reacciona de manera instantánea insultando o haciendo gestos a otros conductores cuando hacen algo incorrecto.

Una de las maneras más eficaces de potenciar el auto-conocimiento y aprender acerca de cómo suelen surgir los sentimientos de ira consiste en llevar un diario de emociones. Es decir, ir tomando notas acerca de las experiencias que lo han hecho sentir más intensamente a lo largo del día, y explicar brevemente que estaba haciendo, lo que pasa por su cabeza.

Descansar lo suficiente

Cuando esta agotado física o mentalmente, las reacciones de ira y los impulsos agresivos son más frecuentes y tiene menos herramientas para gestionarlas. Por este motivo es necesario descansar y dormir las horas necesarias: tanto en el plano cuantitativo (dormir mínimo 8 horas) como en lo cualitativo (descansar bien).

Ataque de ira: cómo controlarlo
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