Conoce de qué se trata la dermatitis atópica: qué es, cremas y tratamiento, los consejos que debe tener en cuenta si la padece.
Todo sobre la dermatitis atópica
El término dermatitis hace referencia a una irritación en la piel. Debido a esto, existen múltiples causas y tipos de dermatitis que pueden afectar.
Las pieles atópicas o dermatitis atópica forman parte de un fenotipo que se caracteriza con alteraciones en la piel (eczema, piel seca, etc.) y, en algunos casos, asma e hipersensibilidad.
Es frecuente que los pacientes con dermatitis atópica tengan antecedentes familiares de alergias, asma y enfermedades reumatológicas, entre otras enfermedades asociadas a alteraciones de la respuesta inmune.
Al rascarse ocasiona las siguientes reacciones:
- Enrojecimiento.
- Hinchazón.
- Agrietamiento.
- secreción de un líquido transparente.
- Costras.
- Escamas.
En la mayoría de los casos, hay brotes o momentos en los que la enfermedad empeora, seguidos por remisiones o momentos en los que la piel mejora o los síntomas desaparecen por completo.
Características de la piel atópica
Además de los signos más característicos, se pueden encontrar con otras alteraciones como:
- Pitiriasis alba.
- Hiperlinearidad palmar.
- Pliegue infraorbitario de Dennie-Morgan.
- Imagen ojerosa.
- Dermografismo blanco.
- Hipersensibilidad a las picaduras.
Fases clínicas de la dermatitis atópica
La marcha atópica es la que describe la evolución de la enfermedad respecto a la edad y se puede dividir en tres fases:
Fase del lactante
En los primeros meses de vida, durante la lactancia, las alteraciones cutáneas afectan al área facial y las zonas de extensión. También aparece en las zonas de roce, predominando la afectación en áreas como las mejillas, el cuello, el pecho, los codos y las rodillas.
Se asocia a sobreinfección bacteriana por las lesiones ocasionadas por el rascado.
En un importante número de casos la atopia se resuelve durante la lactancia, por lo que está posiblemente asociada a una madurez de la barrera cutánea y la inmunidad. Este porcentaje puede alcanzar cerca del 50% de los pacientes
Fase infantil
Durante la fase infantil la dermatitis atópica cursa con menor número de brotes.
Las alteraciones de la piel son menos frecuentes en la cara y cuello y se manifiestan en las zonas de pliegues y flexuras como la zona antecubital, hueco poplíteo, muñecas, etc. Debido a la evolución y la perpetuación de las lesiones se puede producir una liquenificación cutánea.
Igual que sucede durante la fase del lactante, cerca del 50% resuelven el cuadro y el otro 50% sigue evolucionando.
Fase adulta
En la fase adulta, las manifestaciones cutáneas son menos visibles.
La mayoría de los afectados tienen signos en las manos, tanto en la palma como en la muñeca, pero con menor clínica.
Existen casos aislados en la edad adulta en los que los brotes son intensos y generalizados, con un mal pronóstico en la resolución de las manifestaciones cutáneas.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la dermatitis atópica dependen de la persona, aunque habitualmente se suele manifestar en piel seca con ronchas rojas o grisáceas especialmente en manos, muñecas, cuello, pecho, párpados, tobillos y cara interna de los codos y las rodillas.
Especialmente en bebés es muy frecuente que aparezca en la cara o en el cuero cabelludo. En ocasiones las rojeces pueden ir acompañadas de protuberancias o ampollas llenas de líquido, costras, piel escamada, agrietada o en carne viva al rascarse.
Aunque la edad en la que es más frecuente que aparezca este trastorno es a partir de los cinco años, también puede dar la cara durante la adolescencia o la edad adulta.
Tratamiento para dermatitis atópica
El tratamiento de las pieles atópicas se centrará en las medidas higiénico-dietéticas y los fármacos tanto sistémicos como tópicos.
Lo primero es intentar evitar los factores desencadenantes del brote de dermatitis atópica:
- Irritantes externos.
- Alergias.
- Infecciones.
- Estados emocionales alterados.
- Ambiente extremo.
Protección de la barrera cutánea: a través de medidas de protección como ropa ancha de algodón a ser posible, que ha de ser lavada con detergentes especiales.
Empleo de productos emolientes, productos hidratantes y control del ambiente.
Tratamiento farmacológico para la dermatitis atópica
En lo que corresponde al tratamiento farmacológico se emplean:
- Antiinflamatorios (corticoides de baja, media y alta potencia) y antibióticos.
- En algunas ocasiones, cuando hay mal control se emplean inmunomoduladores tópicos como: tacrolimus, pimecrolimus.
- Inmunomoduladores sistémicos: metotrexate, azatioprina, micofenolato.
- Los antibióticos tópicos y sistémicos.
- Antihistamínicos orales.
- Inmunomoduladores.
El tratamiento debe siempre ser supervisado por un especialista debido al empleo de fármacos potencialmente dañinos que requieren de una monitorización más estrecha.
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